En principio, la tos es una ayuda y no podemos prescindir de ella, ya que es el mecanismo de defensa que tiene nuestro organismo para expulsar de las vías respiratorias el exceso de mucosidad acumulada y las partículas nocivas que puedan estar presentes en ellas. El moco es una secreción natural beneficiosa con actividad lubricante y defensiva; si aumenta la cantidad y viscosidad del moco producido en las vías respiratorias, entonces este exceso de moco se convierte en un problema. Estas situaciones son más frecuentes en los meses fríos del año.
Además, estos cuadros suelen acompañarse de dificultad para expectorar y expulsar este exceso de moco, congestión nasal, molestias de garganta, musculares y articulares, febrícula, cansancio, dolor de cabeza, dificultad para respirar con normalidad…