Irisina: «Hormona Quemagrasa»

Irisina: la hormona que quema grasa contra la obesidad. Su accionar produciría en el organismo un remplazo de tejido adiposo “blanco” (difícil de eliminar) por “grasa parda”, predominante en los recién nacidos. La incidencia de la actividad física.El aumento de la hormona depende de la actividad física.

¿Qué es la hormona irisina?

Conocida como la “hormona de la actividad física”, “hormona quemagrasa” u “hormona de la obesidad”, entre otras posibles denominaciones, la irisina sería una poderosa aliada para combatir la obesidad y la diabetes, según han determinado los estudios científicos realizados. La acción de la irisina en el organismo se encuentra concretamente vinculada a la presencia del tejido adiposo blanco (grasa blanca) y el tejido adiposo pardo o marrón (grasa parda), para ser más claros, las células del tejido adiposo blanco se especializan en almacenar nutrientes en forma de grasa, y representan la principal forma de reserva de energía en el ser humano. La grasa parda o marrón, en cambio, es sólo muy evidente en los bebés recién nacidos y está ubicada en zonas estratégicas, para dar calor a los órganos vitales. La principal función de este tipo de grasa es la de utilizar los nutrientes que ingerimos y quemarlos para liberar calor, en lugar de ser almacenados en forma de grasa.
En el ser humano adulto, la producción de calor de la grasa parda es remplazada por la que genera la actividad de los músculos por sí mismos. Esto sucede tanto en el individuo de peso normal como en el obeso, ya que en este último lo que aumenta es la grasa blanca y no la parda.

¿Cómo actúa la irisina en el organismo?

Este último dato ha revolucionado los estudios del campo nutricional, generando un gran interés en los investigadores, quienes intentan determinar de qué manera se puede aumentar la cantidad esta grasa parda “no acumulable” y, al mismo tiempo, reducir la grasa blanca. En ese marco se descubrió que el ejercicio físico produce una gran variedad de beneficios, y algunos de los efectos más reconocidos son mediados por un factor denominado PGC1-a, el cual desencadena que de la célula muscular se libere una hormona denominada irisina.
Llamada con este nombre en honor a la diosa griega Iris, transmisora de buenas noticias, esta hormona hace que la grasa blanca se transforme precisamente en grasa parda. De esa manera, se aumenta el gasto de calorías y se favorece la producción de calor. Esto ocasiona, ni más ni menos, que al cuerpo le quede menos energía para ahorrar en forma de grasa blanca.
Como la grasa parda o marrón ayuda a quemar calorías, lo interesante de esta investigación con la hormona irisina es que se podría llegar a aumentar esta grasa parda en el adulto y así ayudar a bajar de peso, o al menos no seguir aumentando kilos.

Sin actividad física no hay resultados.
Los estudios realizados por el equipo de investigación de Villarroya, apoyados por otras investigaciones europeas, apuntan a que la grasa parda puede detectarse y activarse exponiendo a las personas al frío, reduciendo su temperatura corporal y permitiendo quemar calorías mucho más rápidamente que la grasa regular.

Como apuntamos anteriormente, el aumento de la irisina se encuentra íntimamente ligado a la práctica de actividad física. Su papel en el tratamiento contra la obesidad radica en que al ser aplicada a un organismo, éste quema muchas más calorías. Además se descubrió que con la generación de irisina la persona mejora el control de su nivel de azúcar en sangre, por lo que esta hormona podría resultar eficaz también para el tratamiento de la diabetes.
En otras palabras, el ejercicio tiene la capacidad de mejorar el estado metabólico del paciente obeso y de la diabetes del adulto. El ejercicio incrementa significativamente el gasto total de energía que consume la actividad muscular propiamente dicha, generando además la hormona irisina. Esta actúa en la grasa blanca (con poco gasto de calorías), transformándola parcialmente en grasa parda (con significativo gasto de calorías).Ver más

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