La inflamación es el proceso de respuesta de nuestro organismo, con finalidad defensiva, frente a ciertas agresiones físicas, químicas o biológicas (infecciones). Trata de eliminar la causa inicial de la lesión y de reparar los daños ocurridos durante el proceso.
Sus signos principales son: calor, rubor, tumor, dolor e impotencia funcional. El aumento de tamaño, o tumor, se produce por el acúmulo de líquido y de células en el foco de lesión; y el dolor, por el estímulo sobre las terminaciones nerviosas de la zona.
Alrededor de un 20% de la población adulta española padece dolor crónico, lo que equivale a que, aproximadamente, 6,5 millones de españoles sufren dolor de forma mantenida en el tiempo; siendo las mujeres las que más lo padecen. Se trata de dolores musculares y óseos, en general y de espalda, en particular (lumbar y cervical); también dolores de cabeza (12%), problemas digestivos (5%) y dolores ginecológicos (4%).